sábado, 2 de octubre de 2010

La flor escondida

Había una vez una flor escondida en el jardín trasero de un castillo, en un lugar muy lejano. Los días de invierno transcurrían y parecían nunca terminarse, los campos comenzaron a helarse. Las comunes enfermedades de los inviernos arrasaban infectando a los niños que nacían y a las personas que, por la carencia de alimentos, estaban débiles.

Las calles, que alguna vez eran soleadas, transitadas por hombres, mujeres y niños, estaban ahora cubiertas por una espesa nube gris, y sólo algunos perros moribundos paseaban por los pasillos angostos que se habrían entre las calles. Por las noches sólo se oían mujidos lejanos de gatos hambrientos en los tejados más altos.

Había oído que el néctar  de una pequeñísima flor color rojo carmesí, rociaba los vientos áridos que soplaban en la ciudad. El sol de nuevo nacería y las personas sanarían. Y el castillo, alguna vez preciado por las colinas que lo rodeaban, y los ríos de cristal que corrían serenamente a su alrededor, bordeado de pinos de altas copas. Sobre un cesped tan verde que mis ojos irradiaban al verlo, y al tocarlo sentía una ligera caricia, estaba ahora entre siniestras sombras que parecían consumirlo en el infernal invierno que había helado ríos y secado hojas de los árboles, dejando las copas marchitas y el césped en escarchas.

Llegué al castillo, pues la flor se hallaba en el más lejano jardín trasero. Recorrí sus pasillos, observando detenidamente cada flor, hasta descubrir la que nos salvaría del calvario. Después de horas, sin sentir ya los pies y las manos y con la naríz adormecida por el frío, contemplé a lo lejos una diminuta flor color rojo carmesí.

Sin pensar, la tomé de la raíz, entré al castillo, subí hasta la cúpula, donde una vez ahí, esparcí el néctar mágico tan anhelado.
Y los sombríos campos comenzaron a iluminarse.
Y los niños sanaron.
Y las nubes grises se desvanecieron.
Y las corrientes de los cristalinos ríos se volvieron torrentes a pasearse entre las colinas.


                                    Camila

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