domingo, 24 de octubre de 2010

De taller en el Parque Independencia

Hoy es un día especial, porque estamos en el parque con los compañeros de Vinculo observando el lago, los botes, las aves. las gentes caminando, las parejas sentadas tomando mates, jóvenes haciendo deporte.

Sol brillante, estamos disfrutando la naturaleza, los árboles floreciendo, cayendo las hojas. Pajaritos comiendo, aguas danzantes, muchos sonidos de autos. hay barquitos de colores y numerados. personas sacando fotos. Nadando dos patitos en el lago.

Eduardo G.

 
Trabajar al aire libre, te abre y despeja la mente, te da deseo de reír y de proyectar diferentes estilos de vida.

Nery

Me gusta venir al parque porque pasan chicas bonitas que hacen ejercicio. Estar al aire libre está bueno. Estar con los compañeros y compartir un mate. El sonido de los pajaritos está bueno. El sol y los árboles, las nubes, el cielo. Las variedades de plantas es muy rica.
No sé que onda, anoche empecé con una pastilla para poder dormir y descansar. Y me levanté de mal humor. Pero venir acá está bueno, estar con los compañeros. De acá se ve el chiquero y se siente olor a caca por los "pingüinos". me gustan las aguas danzantes.

Santiago S. 

 
Caro y Martín pastoreando estos animales enfermos con el pelaje roído y tranco cansado de andar la cuesta, a pesar de los tropiezos y el ripio existencial. Un compendio de lo prometido, los dorados días de la juventud, la gloria de nuestros andares. No, la renuncia, la distancia, el desorden y nuestras espaldas, la bruma, tinieblas que llega hasta acá, el frío en la ropa, los pasos inciertos. Y hoy una lucha firme con estos pastores del alma. Y toda esta pradera, la colina en forma de catarata para que caigan estos rayos de sol sobre estos huesos de la hacienda descarriada en la mañana de Caro y Martín.

Juliki

 
¿Qué sensación me dio trabajar en el laguito? Una sensación de felicidad de trabajar acá, de estar juntos, con los compañeros.

Diego







Estoy sentado en el banco del lago, mirando un montón de lanchas, con una hoja en blanco rogando que vuelque algún sentimiento. Pero por lo contrario, sólo veo a un colorado intentando cazar una paloma y molestando a los patos del lago. Y veo y pienso. Y digo: "¡Por Dios! ¡Qué le espera a mi país!"
Por otro lado no puedo pensar, porque siempre está el cargoso de 12 años que te dice: "¡Vamos para allá! ¡Vamos para acá!"
Pero no importa, respiro aire fresco.
En resumen, me casé de escuchar pavadas, pero no importa. Está todo bien.

Fernando Crespo



¿Qué piensan ustedes de los adictos?

Leandro


jueves, 7 de octubre de 2010

EL ASADITO



Después de un par de semanas de gestionar, nos dieron un lugar para hacer un fueguito y echar a andar un churrasco. Pensamos que ibamos a comer un asado más entre amigos.

Pero en el camino empezamos a darnos cuenta que el sol que da vida, la brisa rosarina que te hace libre, coloreaban la media mañana con el agobiante sonido urbano y el ceremonioso perfil de la institución en marcha quedaban más lejos, por la fabulosa calidez de las innumerables canciones de Matías.

A esta altura, las preocupaciones aparecían por los que estaban ausentes, perdiéndose un clima de entre restauración, recuperación, afectos, y la contención de nuestros anhelos de bien, de picnic al sol en la terraza de Vínculo.

Esperamos ansiosos el reencuentro para así volver a tener la oportunidad de compartir todos juntos un espacio especial, gracias a nosotros y a la voluntad de cada uno para sentirse bien y frecuentar estos momentos.
Informalmente, se escapan algnos pequeos bocadillos de la parrilla, como todos saben, algunos cortes se cocinaron primero. Entonces el gran parrilero, "Don Juliki", preparó unos pequeños sandwichitos para alimentar al gordito que todos llevamos dentro.

Las miguitas que caían invitaban a los pajaritos del barrio y las chispas del fogón retumban ahora en nuestros corazones.                                                        


Y hay una vocecita "con voz de Horacio" que nos da permiso para repetir esa magia en la terraza del alma.                                                                                           

Gracias Vínculo!!!                                                                                            LOS CHICOS DE VINCULO. TALLER DE PERIODISMO

domingo, 3 de octubre de 2010

Para adelante

                                          DAME UNA OPORTUNIDAD


     NUNCA ES TARDE PARA COMENZAR


                                                                                   OLVIDAR EL PASADO


                                  QUEREME


                                                 RECUPERAR A MIS HIJAS


                                                                                SABER PERDONAR


               IR CON CALMA CON EL TRATAMIENTO


HACER LAS COSAS BIEN
                                                                                                                         SUPERARME


                                                                                PROGRESAR


                           SER SINCERO CON UNO MISMO

                          NO HACERME CARGO DE LOS PROBLEMAS DE LOS DEMÁS

Eduardo

Compartimos un cuento

EL ELEFANTE ENCADENADO


Cuando yo era chico me encantaban los circos y lo que mas me gustaba de los circos eran los animales. También a mí, como a otros, después me enteré que me llamaba la atención el elefante.

Durante la función la enorme bestia hacia despliegue de su peso tamaño y fuerza descomunal...pero después de su actuación y hasta un rato antes de volver al escenario el elefante quedaba sujeto solamente por una cadena que aprisionaba una de sus patas a una pequeña estaca clavada en el suelo.

Sin embargo, la estaca era solo un minúsculo pedazo de madera apenas enterrado unos centímetros en la tierra. Y aunque la cadena era gruesa y poderosa me parecía obvio que ese animal capaz de arrancar un árbol de cuajo con su propia fuerza, podría con facilidad arrancar la estaca y huir.

El misterio es evidente : ¿ Qué lo mantiene entonces ¿Por qué no huye?

Cuando tenía cinco o seis años yo todavía confiaba en la sabiduría de los grandes. Pregunté entonces a algún maestro, a algún padre o a algún tío por el misterio del elefante. Alguno de ellos me explicó que el elefante no se escapaba porque estaba amaestrado. Hice entonces la pregunta obvia :
Si está amaestrado ¿Por qué lo encadenan? No recuerdo haber recibido ninguna respuesta coherente.

Con el tiempo me olvidé del misterio del elefante y la estaca...y sólo lo recordaba cuando me encontraba con otros que también se habían hecho la misma pregunta.

Hace algunos años descubrí que por suerte para mí alguien había sido lo bastante sabio como para encontrar la respuesta : EL ELEFANTE DEL CIRCO NO ESCAPA PORQUE HA ESTADO ATADO A UNA ESTACA PARECIDA DESDE QUE ERA MUY, MUY PEQUEÑO.

Cerré los ojos y me imaginé al pequeño recién nacido sujeto a la estaca.
Estoy seguro de que en aquel momento el elefantito empujó, tiró y sudó tratando de soltarse. Y a pesar de todo su esfuerzo no pudo. La estaca era ciertamente muy fuerte para él. Juraría que se durmió agotado y que al día siguiente volvió a probar y también al otro y al que le seguía....Hasta
que un día, un terrible día para su historia, el animal aceptó su impotencia y se resignó a su destino. Este elefante enorme y poderoso, que vemos en el circo, no escapa porque cree - pobre - que NO PUEDE.

El tiene el registro y recuerdo de su impotencia, de aquella impotencia que sintió poco después de nacer. Y lo peor es que jamás se ha vuelto a cuestionar seriamente ese registro. Jamás...jamás....intentó poner a prueba su fuerza otra vez.

Vivimos creyendo que un montón de cosas "no podemos" simplemente porque alguna vez, antes, cuando éramos chiquitos, alguna vez probamos y no pudimos. Hicimos entonces, lo del elefante : grabamos en nuestro recuerdo: NO PUEDO....NO PUEDO Y NUNCA PODRE. Hemos crecido portando ese mensaje que nos impusimos a nosotros mismos y nunca más lo volvimos a intentar.

Cuando mucho, de vez en cuando sentimos los grilletes, hacemos sonar las cadenas o miramos de reojo la estaca y confirmamos el estigma : " NO PUEDO Y NUNCA PODRE " Vivimos condicionados por el recuerdo de otros, que ya no somos y no pudieron.



Tu única manera de saber, es intentar de nuevo poniendo en el intento todo tu corazón.....TODO TU CORAZON".
¿Cómo que tienen frío, cómo que tienen hambre? ¿Qué pueden hacer con un auto? ¿Para qué quieren estufas, cobijas, teléfonos, TV, teatro? Yo no pude veranear...¿Qué pretenden?

La gente es así de pretenciosa, desmedida, ni cuenta un buen criterio, ¡Lo que hay qe escuchar! No piensan en otra cosa que pedir y pedir, y los chicos de la calle, la ciudad es un asco. Si me pudiera ir a otro país!!

JULIO

Empezar

Para mi empezar un tratamiento es algo nuevo y complicado, pero yo estoy dispuesto a cambiar. Ya hace un mes que estoy acá y si me preguntás ¿qué cambio siento respecto a mi persona? Y...es una respuesta complicada.


Por ahora en este mes he sentido un cambio respecto a mi consumo y persona. Pero siento que tengo un largo camino.


Para los que nunca han estado en esto yo les diría que nunca por creerse menos, que no se sientan en la obligación de probar.


Porque en realidad aunque no lo acepten, están enfermos...

Discriminación

La discriminación se puede manifestar de muchas formas como la exclusión, la falta de atención, la indiferencia, la falta de conocimiento hacia la otra persona.

La exclusión es una de las formas más comunes de discriminación, por ejemplo, a un chico en una escuela cuando sus compañeros no lo dejan integrarse al grupo porque tiene anteojos y ortodoncias.

La falta de atención y la indiferencia son formas de discriminación muy parecidas entre sì. La diferencia es que en la falta de atención, uno está con la persona y siente su presencia, pero no le va ni le viene lo que le dice. En cambio, la indiferencia es estar con la persona pero no sentir su presencia, por más que la otra persona te esté hablando.

La más común y más dolorosa, por así decirlo, es la discriminación por la falta de conocimiento hacia la otra persona. Un ejemplo típico es: una señora grande va caminando por la calle y se cruza con un chico desaliñado, algo morocho. En el instante en que está por cruzarlo, agarra bien fuerte su bolso y piensa “este chorito me va a querer robar el bolso”.

LUCIANO BOSSO